El ministro de Seguridad Pública, Juan Manuel Pino y el procurador general, Javier Caraballo, anunciaron que las 41.28 toneladas de droga acumulada,  producto de los  decomisos realizados por la Fuerza Pública en los últimos meses, se llevará y será quemada en Estados Unidos, para evitar que Panamá incinere droga a “cielo abierto”.

Acompañado de los directores de los estamentos de seguridad, el ministro Pino en su intervención, dijo que tradicionalmente la droga decomisada se ha destruido mediante quemas al aire libre, lo que sin duda, representa un alto grado de contaminación al medio ambiente.

“Queremos eliminar de raíz la contaminación causada cada vez que se quema la droga a cielo abierto. Necesitamos garantizar un ambiente sano y esta es una acción concreta en beneficio de todos”, explicó.

El objetivo de la misión de trasladar la cocaína hacia  Estados Unidos, es incinerar la droga que se acumula en las bodegas de los estamentos de seguridad.

Por su parte el procurador Caraballo, informó  que Panamá se prepara para contar con las herramientas adecuadas para la destrucción de drogas, sin embargo urge la incineración de la droga decomisada en estos últimos meses y que alcanza cifras récord.

También dijo que la quema de drogas a cielo abierto genera consecuencias muy negativas al medio ambiente, a las comunidades aledañas y  a los lugares donde se realizan las incineraciones.

Durante el traslado de la droga en un avión de la Fuerza Aérea habrá presencia de los estamentos de seguridad, del procurador Javier Caraballo y de la Fiscalía de Drogas.

Bajo mecanismos de cooperación vigente con la Embajada de Estados Unidos, se coordinó el traslado de la cocaína sin ningún costo para Panamá, un procedimiento que también utilizan las autoridades en Costa Rica y que ha sido efectivo y conveniente.

Mensualmente en Panamá, los estamentos de seguridad en coordinación con el Ministerio Público, decomisan 12 toneladas de drogas, lo que significa que cada tres meses los espacios de almacenamiento terminan saturados.

Esto obliga a fiscales de drogas, policías, peritos, Dirección de Investigación Judicial y a un equipo técnico, a solicitar un equipo de trabajo de 350 unidades, un despliegue de seguridad que debe garantizar el traslado seguro hacia cualquier punto del país, para realizar la quema de la droga a cielo abierto, una carga peligrosa y contaminante.

La logística es complicada, la acumulación de drogas es constante y el costo por cada quema de droga supera los 200 mil dólares.

Panamá no cuenta con un incinerador de droga y al Estado panameño le toca asumir una posición responsable, para que la cocaína decomisada en los últimos meses no provoque consecuencias adicionales a la población.

La misión en Estados Unidos se hará en presencia de una Comisión de Especialistas, que por dos años realizó las evaluaciones correspondientes y  tendrán la responsabilidad de preparar registros y actas de esta operación internacional, que es droga decomisada en distintas operaciones, en su lucha para combatir el crimen organizado y el narcotráfico en beneficio de la paz y la tranquilidad en la región.