La migración de carácter humanitaria pasó a ser un problema de seguridad nacional, debido al aumento del número de migrantes entre julio y agosto de este año, de 2 mil 500 a 3 mil personas diarias, dijo en conferencia de prensa el ministro de Seguridad Pública, Juan Manuel Pino.

A pesar de los esfuerzos que ha hecho la Cancillería mediante reuniones bilaterales y trilaterales, en donde se ha dejado claro el mensaje de buscar un punto de acuerdo para enfrentar la situación, el Ministro indicó que los países del Sur, han puesto poca importancia al tema.

Es por esta situación, por la que el Gobierno de Panamá, a través del Ministerio de Seguridad Pública, lanzará la campaña mediática internacional: “Panamá no es una ruta, es una jungla”, como parte de una estrategia para crear conciencia de los peligros que representa transitar por 266 kilómetros cuadrados de selva.

A la fecha de hoy van 307 mil personas que han transitado por la selva darienita, un pulmón natural que se ha mantenido cerrado a través del tiempo y que está siendo devastado por el paso de la cantidad de personas que diariamente transitan por esta área selvática.

El ministro Pino informó que hay un problema ambiental, cuya consecuencia e impacto en las comunidades indígenas será evaluada por una comisión de seis ministerios involucrados con el tema.

El titular de Seguridad Pública indicó, que próximamente el Gobierno de Panamá tomará “medidas y acciones contundentes sobre este tema que ha manejado responsable y humanitariamente, porque esta situación que se puede volver incontrolable”.

Aumentan migrantes chinos

Al respecto, la directora del Servicio Nacional de Migración, Samira Gozaine, señaló que en 2016 cuando Panamá hablaba de crisis migratoria, 25 mil 437 migrantes habían pasado por Darién, pero en lo que va de este año ya van 308 mil, con los consecuentes daños ecológicos, ambientales y de salud, que representa para las comunidades de acogida.

De ese porcentaje de migrantes, explicó Gozaine, el 21% son niños y  el 50%, de cinco años de edad. “Es una realidad que nos sobrepasa. 171 mil 23 personas son venezolanos, casi 40 mil son ecuatorianos y casi 35 mil son haitianos. Además, ya tenemos un número que va en aumento de ciudadanos chinos, porque los traficantes de seres humanos han percatado que esta nacionalidad paga dinero para llegar a su destino”.

Daños ecológicos y comunitarios

El director del Servicio Nacional de Fronteras, Jorge Gobea, explicó que el crimen organizado ha metido su mano en la migración, específicamente en los flujos migratorios que vienen de Colombia hacia Panamá, a través del engaño y con falsas expectativas, lo cual ha generado una sobrepoblación.

En estos momentos, dijo, por las condiciones del clima, en el área de Necoclí hay 10 mil migrantes varados que no han podido cruzar Darién. “Tenemos una ruta que normalmente los migrantes caminan  en cinco días sobre los afluentes de donde toman agua 13 comunidades”.

El director Gobea detalló que el paso de migrantes también ha afectado la seguridad ambiental de Darién y las comarcas, la cual se ha visto trastocada de manera grave por 50 mil toneladas de basura en ríos y parques, por lo que “pasarán más de 60 años para poder revertir ese daño actual a nuestras comunidades, que han dejado sus actividades porque el río que era su sustento, está contaminado”.

“También tenemos un problema grave de seguridad alimentaria. Nuestros indígenas dejaron de aprender a sembrar y se han dedicado a otras actividades. Ahora dependen de una línea de distribución comercial donde los precios son elevados, situaciones que definitivamente han trastocado la convivencia en las comunidades indígenas”, agregó Gobea.