El Ministerio de Seguridad Pública, a través del Servicio Nacional de Migración, informa que la cifra de migrantes irregulares que ingresaron al país por la selva del Darién, superó las 400 mil personas, de las cuales, el 50 % son niños de cero a cinco años.

Según información oficial, hasta el 27 de septiembre de este año, la cifra de migrantes irregulares llegó a 402 mil 30 personas, debido que el ingreso diario ha sido superior a los 2 mil migrantes, con registro incluso de 3 y hasta 4 mil personas, que llegaron a las comunidades panameñas que se ubican en el área fronteriza con Colombia.

El ministro de Seguridad Pública, Juan Pino, declaró que ya se sobrepasó las capacidades para atender a los migrantes irregulares que están de paso por Panamá y que se hace un esfuerzo sobrehumano de los estamentos de seguridad, especialmente del Servicio Nacional de Fronteras y del Servicio Nacional de Migración, para atender un tema que es “humanitario y de seguridad”.

Agregó que se atiende la movilidad supervisada y controlada de los migrantes irregulares, a quienes se les ofrece un apoyo con alimentación, atención de salud y el alojamiento en los centros de recepción migratoria, a fin de que puedan continuar su travesía hacia los países de Norteamérica.

En las comunidades de acogida de Bajo Chiquito, Canaán Membrillo y en las estaciones migratorias de San Vicente y Lajas Blancas hay en este momento mil 289 niños que forman parte del grupo de 2 mil 424 migrantes irregulares, que ingresaron al país en  los últimos días.

De enero de 2023 hasta el miércoles 27 de septiembre, se contabilizó más de 400 mil personas que ingresaron a través del flujo irregular, una cifra superior a la de toda el año pasado 2022, que terminó con 248 mil 283 migrantes irregulares.

La situación migratoria en el país indica, que la mayoría de los migrantes proceden de Venezuela, Haití, Ecuador, Colombia, Perú, Chile, China, Brasil y Afganistán entre otros.

En la actualidad, Panamá ejecuta la Operación Escudo en la zona fronteriza con Colombia, a fin de mantener la seguridad y la paz en las comunidades.

Las restricciones en el uso de senderos de la selva de Darién, el reforzamiento en la seguridad marítima y terrestre en puntos estratégicos de control, al igual que la ampliación de la vigilancia en el cauce y orillas de ríos, a fin de evitar el cruce de migrantes irregulares, surgió como respuesta urgente a la atención de la comunidades de difícil acceso, que sufren los efectos ambientales y de seguridad que provoca la migración irregular.

Con la adopción de estas medidas, el Estado en su conjunto, mantiene su compromiso en torno a la atención de esta problemática, que afecta directamente a Panamá, al tiempo que se solidariza con las personas que utilizan y han utilizado esta vía irregular, para migrar y pasan por situaciones de dolor, tristeza y angustia.

Panamá ha llevado adelante la crisis y ha asumido este desafío con responsabilidad, en gran medida, por la labor incansable de la Fuerza Pública panameña, quienes están al frente de esta situación, para evitar que se convierta en un problema migratorio y de seguridad aún mayor.