Alexander Torres no necesita hablar para impresionar: le basta con sentarse frente al piano y dejar que sus dedos hagan lo suyo, porque a sus 15 años, este estudiante coclesano de séptimo grado del Centro de Formación y Educación Integral (CFEI) de Penonomé ya posee una destreza que transforma melodías en emociones puras. Oriundo de la comunidad de El Barrero, en El Roble de Aguadulce, Torres sueña con vivir de la música, sin embargo, tiene claro que, por ahora, su prioridad es la preparación académica y eso lo demuestra cada día en este centro educativo dirigido por miembros de la Policía Nacional. Ingresar al CFEI de Penonomé ha sido una bendición para él, pues allí logró reencaminar su disciplina y reenfocarse en sus estudios. Además, la institución cuenta con un piano en excelente estado, el instrumento musical que ama desde que su padre le enseñó a tocarlo cuando tenía apenas cuatro años. “Cuando llegué a esta escuela, lo que más me impactó fue ver ese piano. Me hizo recordar de inmediato cuando mi papá me enseñó a tocar: do, re, mi, fa, sol, la, sí. Y pensé: ‘Eso suena bonito’”, recordó el joven pianista, quien también domina la guitarra acústica, el bajo y la batería, instrumentos que de vez en cuando toca en el grupo de la iglesia a la que asiste. “Este centro de formación en Coclé me ha cambiado mucho. Antes, no toleraba que me llamaran la atención, me molestaba y, además, me iba mal en la escuela. Lo que puedo recomendar a los jóvenes es que no se porten mal, porque al final eso no les sirve de nada y tendrán que enfrentar las consecuencias”, agregó Alexander.